¿Qué es más grave? ¿La corrupción o la falta de idoneidad para ocupar un cargo público?
Lo más grave es cuando las dos cosas se juntan en un solo funcionario como parecería ser el caso de la ministro de Defensa, Nilda Garré.
Una nueva denuncia de corrupción sale a la luz. En esta ocasión el diario La Nación asegura que el juez en lo penal económico, Guillermo Tiscornia, imputó a la ministro Garré por el delito de contrabando agravado en una causa judicial en la que se investigan supuestas irregularidades en la exportación de material bélico por parte de Fabricaciones Militares.
Según el matutino en febrero la Aduana frenó un embarque sospechoso de 6700 kilogramos de partes de fusiles que iban a venderse por sólo 2600 dólares a la empresa de un argentino radicado en los Estados Unidos.
El embarque era de 6739 kilos de partes y accesorios de fusiles FAL que iban a ser exportados por la DGFM a la empresa JLD Enterprises INC, radicada en Connecticut, Estados Unidos, a un precio de 2664,45 dólares.
No sólo Garré cayó en la causa, sino que también fueron imputados el ex interventor en la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM) Marcelo Bellisi, el funcionario de la DGFM Arturo Huergo, la despachante de aduana Laura Andolfi e integrantes de la Comisión Nacional de Control de Exportaciones Sensitivas y de Material Bélico.
Hasta ahí la noticia es escandalosa, el cuarto caso de corrupción en lo que va del 2007 y el tercero en las últimas tres semanas (Skanska, Miceli, Picolotti y ahora Nilda Garré).
Pero como siempre ha sucedido hasta ahora, las defensas que esgrimen los funcionarios parecen en muchos casos una tomadura de pelo a la sociedad.
La ministro de Defensa, sí, la ministro, dijo que ella no tenía nada que ver con el tema porque “no sé que es un FAL o un FAP".
Es más, agregó que el tema de precios no es de su incumbencia –recordamos que se trata de la titular del ministerio de Defensa- ya que “en su momento, el precio no me llamó la atención porque no conozco el tema. Ante palabras como ´arandeles´ y ´resortes´ me manejo con esta cosa de doña Rosa.”
Una de dos: o es absolutamente culpable y corrupta, o es absolutamente incompetente para el cargo que le ha sido asignada.
Nilda Garré debe dejar ya mismo de ser ministro de Defensa de la Nación, por el simple hecho de desconocer qué es un Fusil Automático Liviano, el arma utilizada en todas las fuerzas y que se ve colgada del hombro de todos los soldados en los desfiles castrenses; por no saber qué es un Fusil Automático Pesado, o por no saber a qué precios que debe vender o qué precios debe pagar el ministerio que ella encabeza.
Doctora Garré: doña Rosa es el prototipo de la mujer de clase media argentina que sólo conoce cuánto cuesta el kilo de tomate, porque es todo lo que debe conocer.
Ni al más delirante de los Jefes de Estado se le debería cruzar por la cabeza poner a doña Rosa a dirigir las Fuerzas Armadas de nuestro país.
Lo más grave es cuando las dos cosas se juntan en un solo funcionario como parecería ser el caso de la ministro de Defensa, Nilda Garré.
Una nueva denuncia de corrupción sale a la luz. En esta ocasión el diario La Nación asegura que el juez en lo penal económico, Guillermo Tiscornia, imputó a la ministro Garré por el delito de contrabando agravado en una causa judicial en la que se investigan supuestas irregularidades en la exportación de material bélico por parte de Fabricaciones Militares.
Según el matutino en febrero la Aduana frenó un embarque sospechoso de 6700 kilogramos de partes de fusiles que iban a venderse por sólo 2600 dólares a la empresa de un argentino radicado en los Estados Unidos.
El embarque era de 6739 kilos de partes y accesorios de fusiles FAL que iban a ser exportados por la DGFM a la empresa JLD Enterprises INC, radicada en Connecticut, Estados Unidos, a un precio de 2664,45 dólares.
No sólo Garré cayó en la causa, sino que también fueron imputados el ex interventor en la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM) Marcelo Bellisi, el funcionario de la DGFM Arturo Huergo, la despachante de aduana Laura Andolfi e integrantes de la Comisión Nacional de Control de Exportaciones Sensitivas y de Material Bélico.
Hasta ahí la noticia es escandalosa, el cuarto caso de corrupción en lo que va del 2007 y el tercero en las últimas tres semanas (Skanska, Miceli, Picolotti y ahora Nilda Garré).
Pero como siempre ha sucedido hasta ahora, las defensas que esgrimen los funcionarios parecen en muchos casos una tomadura de pelo a la sociedad.
La ministro de Defensa, sí, la ministro, dijo que ella no tenía nada que ver con el tema porque “no sé que es un FAL o un FAP".
Es más, agregó que el tema de precios no es de su incumbencia –recordamos que se trata de la titular del ministerio de Defensa- ya que “en su momento, el precio no me llamó la atención porque no conozco el tema. Ante palabras como ´arandeles´ y ´resortes´ me manejo con esta cosa de doña Rosa.”
Una de dos: o es absolutamente culpable y corrupta, o es absolutamente incompetente para el cargo que le ha sido asignada.
Nilda Garré debe dejar ya mismo de ser ministro de Defensa de la Nación, por el simple hecho de desconocer qué es un Fusil Automático Liviano, el arma utilizada en todas las fuerzas y que se ve colgada del hombro de todos los soldados en los desfiles castrenses; por no saber qué es un Fusil Automático Pesado, o por no saber a qué precios que debe vender o qué precios debe pagar el ministerio que ella encabeza.
Doctora Garré: doña Rosa es el prototipo de la mujer de clase media argentina que sólo conoce cuánto cuesta el kilo de tomate, porque es todo lo que debe conocer.
Ni al más delirante de los Jefes de Estado se le debería cruzar por la cabeza poner a doña Rosa a dirigir las Fuerzas Armadas de nuestro país.
1 comentario:
Ahora con Cristina -candidata elegida en internas limpias, persona con amplia experiencia en cargos ejecutivos, legisladora intachable- todo va a cambiar... ¿O no? ¡Ah, no...?
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