lunes, 2 de julio de 2007

No gracias, George


Se fue Tony Blair y el hombre se quedó sin socios. Se acabaron los días de gloria donde el pueblo (su pueblo) clamaba por venganza y dos poderosos socios (Blair y el español José María Aznar) se mostraban generosos con la lucha norteamericana.

La realidad es tan distinta de aquellos días que hoy nos obliga a preguntar: ¿de qué sirvió? ¿quién se benefició?

La República de Irak está inmersa en una guerra civil sin precedentes, en la cual los muertos se cuentan por minutos.

Al Qaeda, terrible agrupación terrorista islámica, constituida por talibanes comandados por el enemigo número 1, Osama Bin Laden, sigue operando, sigue sembrando terror en el resto del planeta y por supuesto Bin Laden aún no aparece.

Los últimos acontecimientos –dos coches bomba desactivados en Londres, un jeep explotado en un aeropuerto de Escocia- dejan en claro que el terrorismo en el mundo es un mal que, lejos de apagarse, se propaga día a día.

George W. Bush atraviesa los últimos tiempos de su presidencia con los índices de imagen más bajos en la historia de los Estados Unidos, seguramente producto de sus incesantes errores.

El presidente de los Estados Unidos sostuvo que “continuaremos presionando por la libertad de la isla de Cuba" y agregó “algún día Dios se llevará a Fidel Castro”.

Está claro que desde este blog jamás se defenderá a dictadores que someten a sus pueblos, llevándolos al hambre y a las más absoluta falta de libertad, como es el caso de Fidel Castro, pero si la democracia y la libertad que propone Bush para Cuba es la misma que aplicó en Irak, desde aquí le decimos “no gracias, Bush”.
El día que Dios decida llevarse a Fidel Castro, que sean los cubanos los que decidan qué política llevar adelante.
De todas maneras existe una esperanza: no será Dios, sino la constitución de los Estados Unidos la que se llevará a Bush de la Casa Blanca en muy poco tiempo.

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