Disminuyen aceleradamente las posibilidades del presidente del Banco Central, Martín Redrado, de ser el futuro Ministro de Economía si Cristina Fernández llega a ser presidente de la Nación.
"El Banco Central está profundamente preocupado por el nivel actual de la inflación en Argentina", dijo Redrado en la conferencia de Euromoney en Londres y en ese mismo instante cavó su propia fosa.
El pecado del economista fue simple: no mintió, no se expuso ante el mundo a decir los disparates que dice Guillermo Moreno a través del Indec.
Uno supone que Redrado pensó: “los argentinos son fáciles de engañar, pero los inversores y capitalistas más importantes del mundo no comen vidrio” y así evitó el papelón que sufrió Cristina en Alemania cuando los empresarios de ese país se rieron en su cara ante el panorama argentino que intentó dibujar la señora del presidente.
Desde el gobierno se enloquecieron con el titular del Banco Central; nadie con una inflación del 5% puede estar “profundamente preocupado”, obviamente si Redrado está preocupado es porque el 5% no refleja la realidad.
Lo cierto es que más allá de lo que quieran contarnos los Kirchner, Alberto Fernández y Moreno, Argentina vive una situación preocupante en vista a los próximos años.
Es evidente que la situación económica está mucho más cercana al panorama que muestra Redrado que al que quieren hacernos creer desde el gobierno.
Pero no vamos a analizar las cuestiones económicas aquí ya que no es mi fuerte y temo escribir alguna sandez.
Lo que preocupa es el castigo a la verdad, es la necesidad de crear escenarios inexistentes en busca de vaya a saber uno qué. Ni siquiera parecería una necesidad electoral. A Daniel Scioli lo mandaron en penitencia a principios del mandato por sugerir que había que aumentar tarifas. Conclusión: No hay invierno o verano sin crisis de energía.
A Béliz lo echaron por denunciar integrantes de la Secretaría de Inteligencia del Estado de no hacer lo que correspondía en el caso AMIA.
A Lavagna lo echaron por denunciar “cartelización” en la obra pública contratada por el Estado y de esa manera meterse con Julio de Vido.
Así gobiernan hace 4 años, escondiendo los problemas debajo de la alfombra, tapando las manchas de humedad con cuadros bonitos.
Siempre pasa lo mismo, los argentinos recién nos damos cuenta de que están jugando con nosotros una vez que es tarde, pero como un buen rebaño festejamos que se retiren en helicópteros como si eso cambiara nuestra situación en vez de seguir agravándola.
Dicho sea de paso, el del helicóptero festejo sus 70 años con una fiesta digna del jet set internacional. Yo sigo con problemas bastante parecidos a los del 2001.
"El Banco Central está profundamente preocupado por el nivel actual de la inflación en Argentina", dijo Redrado en la conferencia de Euromoney en Londres y en ese mismo instante cavó su propia fosa.
El pecado del economista fue simple: no mintió, no se expuso ante el mundo a decir los disparates que dice Guillermo Moreno a través del Indec.
Uno supone que Redrado pensó: “los argentinos son fáciles de engañar, pero los inversores y capitalistas más importantes del mundo no comen vidrio” y así evitó el papelón que sufrió Cristina en Alemania cuando los empresarios de ese país se rieron en su cara ante el panorama argentino que intentó dibujar la señora del presidente.
Desde el gobierno se enloquecieron con el titular del Banco Central; nadie con una inflación del 5% puede estar “profundamente preocupado”, obviamente si Redrado está preocupado es porque el 5% no refleja la realidad.
Lo cierto es que más allá de lo que quieran contarnos los Kirchner, Alberto Fernández y Moreno, Argentina vive una situación preocupante en vista a los próximos años.
Es evidente que la situación económica está mucho más cercana al panorama que muestra Redrado que al que quieren hacernos creer desde el gobierno.
Pero no vamos a analizar las cuestiones económicas aquí ya que no es mi fuerte y temo escribir alguna sandez.
Lo que preocupa es el castigo a la verdad, es la necesidad de crear escenarios inexistentes en busca de vaya a saber uno qué. Ni siquiera parecería una necesidad electoral. A Daniel Scioli lo mandaron en penitencia a principios del mandato por sugerir que había que aumentar tarifas. Conclusión: No hay invierno o verano sin crisis de energía.
A Béliz lo echaron por denunciar integrantes de la Secretaría de Inteligencia del Estado de no hacer lo que correspondía en el caso AMIA.
A Lavagna lo echaron por denunciar “cartelización” en la obra pública contratada por el Estado y de esa manera meterse con Julio de Vido.
Así gobiernan hace 4 años, escondiendo los problemas debajo de la alfombra, tapando las manchas de humedad con cuadros bonitos.
Siempre pasa lo mismo, los argentinos recién nos damos cuenta de que están jugando con nosotros una vez que es tarde, pero como un buen rebaño festejamos que se retiren en helicópteros como si eso cambiara nuestra situación en vez de seguir agravándola.
Dicho sea de paso, el del helicóptero festejo sus 70 años con una fiesta digna del jet set internacional. Yo sigo con problemas bastante parecidos a los del 2001.
8 comentarios:
¡Y bueno che!
Si no criticase tanto en una de esas lo invitaban a la fiesta.
Lo mejor es no criticar nada.
Hacerse el boludo, como dijo Felipe Solá.
"No hay inflación, sino un lógico movimiento de precios", nos aclaró Alberto Fernández.
Aaaahhhhhh!!!
jajja... así es, tal cual dice le Lineman compañero Opiniones, Redrado está mal de la cabeza y probablemente esa enfermedad que padece lo deje fuera del próximo gobierno.
Crisis? Inflación?. Naaaa, son todos inventos de una prensa maliciosa.
Pero es verdad, los argentinos nos damos cuenta tarde, siempre tarde. Será porque tenemos esa capacidad increible de adaptación y no queremos perder la práctica.
Saludos
Sophie
A mi me dicen pesimista, pero a las pruebas me remito, no soporto que me quieran tomar por tonta y mucho menos que nos tomen por tontos a todos.
La apariencia es todo para Néstor: dibujar los índices, difundir encuestas mentirosas, mostrarse exitoso, bla bla bla. Apesta mal.
En cuanto a escribir sandeces, si yo fuera Ud. me animaría. De hecho, lo hago todo el tiempo.
¿Vieron que se está incendiando el Banco Central?
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