"Alguna vez que te perdí el rastro, sospeché, sabías donde esconderte" dice Gustavo Cerati y si alguien me cuenta que escribió esta estrofa inspirado en el ex presidente, Eduardo Duhalde, yo lo creo.
El 25 de mayo de 2003 nos aseguró a los argentinos que se retiraba de la política, que sacaba al país de la terapia intensiva, que nos libraba de Carlos Menem, que dejaba a su delfín Néstor Kirchner para que siguiera su rumbo y no volvía más, pero los tiburones son así, cuando huelen sangre no pueden con su instinto.
Y el domingo 24 de junio hubo sangre, Kirchner fue herido con dos dolorosas derrotas electorales y él apareció.
Con su tono paternal, como aquel patriarca de los pájaros que nos daba consejos antes de irnos a dormir, le dijo a Radio América que Kirchner debería "replantearse" la eventual postulación de su esposa, Cristina Fernández, a la primera magistratura en los comicios de octubre, ante el "impacto fuerte" que tendrán las derrotas electorales del oficialismo en la Capital Federal y Tierra del Fuego.
No conforme con eso agregó "Son triunfos lógicos. Es un impacto fuerte para el Gobierno y hay un blindaje originado por el crecimiento macroeconómico. Vamos a ver cómo se manejan estas cosas"
Mientras tanto, ya sin el tono paternal sino con el que le conocen los que aún le llaman "Negro", le ordenó a su séquito bonaerense convocar al Congreso para una fecha tentativa que podría ser el 20 ó 21 de julio.
Entre los 907 congresales que se reunirán participará la senadora Hilda González, que es de Duhalde, y los invitados de honor serán el ex presidente y Daniel Scioli.
Duhalde ya les dijo a sus íntimos que el vicepresidente es "lo único que le queda a Kirchner", pero él lo quiere a Scioli en el sillón que hoy ocupa Felipe Solá como su aliado.
Se acabó el retiro de Duhalde, se encendió el viejo aparato bonaerense que algunos ilusos creyeron derrotado y Kirchner deberá combatirlo antes del 28 de octubre si quiere que su sucesor/a tenga un mandato en paz.
El actual mandatario, ágil, quiere poner a su mujer de presidente porque sabe que sin posibilidad de reelección, el 11 de diciembre el justicialismo comenzará a buscar un nuevo líder, y ahí estará él, Eduardo Duhalde, dispuesto a recuperar su trono.
Los que conocen al ex presidente saben que se siente muy traicionado por Kirchner, que jura venganza hace ya tres años y que considera que ha llegado el momento de llevarla a cabo.
Hay que tomarlo en serio, su reaparición no es casual, Duhalde sabe bien cómo son los tiempos de la política y sobre todo cómo son los tiempos de las traiciones.
El 25 de mayo de 2003 nos aseguró a los argentinos que se retiraba de la política, que sacaba al país de la terapia intensiva, que nos libraba de Carlos Menem, que dejaba a su delfín Néstor Kirchner para que siguiera su rumbo y no volvía más, pero los tiburones son así, cuando huelen sangre no pueden con su instinto.
Y el domingo 24 de junio hubo sangre, Kirchner fue herido con dos dolorosas derrotas electorales y él apareció.
Con su tono paternal, como aquel patriarca de los pájaros que nos daba consejos antes de irnos a dormir, le dijo a Radio América que Kirchner debería "replantearse" la eventual postulación de su esposa, Cristina Fernández, a la primera magistratura en los comicios de octubre, ante el "impacto fuerte" que tendrán las derrotas electorales del oficialismo en la Capital Federal y Tierra del Fuego.
No conforme con eso agregó "Son triunfos lógicos. Es un impacto fuerte para el Gobierno y hay un blindaje originado por el crecimiento macroeconómico. Vamos a ver cómo se manejan estas cosas"
Mientras tanto, ya sin el tono paternal sino con el que le conocen los que aún le llaman "Negro", le ordenó a su séquito bonaerense convocar al Congreso para una fecha tentativa que podría ser el 20 ó 21 de julio.
Entre los 907 congresales que se reunirán participará la senadora Hilda González, que es de Duhalde, y los invitados de honor serán el ex presidente y Daniel Scioli.
Duhalde ya les dijo a sus íntimos que el vicepresidente es "lo único que le queda a Kirchner", pero él lo quiere a Scioli en el sillón que hoy ocupa Felipe Solá como su aliado.
Se acabó el retiro de Duhalde, se encendió el viejo aparato bonaerense que algunos ilusos creyeron derrotado y Kirchner deberá combatirlo antes del 28 de octubre si quiere que su sucesor/a tenga un mandato en paz.
El actual mandatario, ágil, quiere poner a su mujer de presidente porque sabe que sin posibilidad de reelección, el 11 de diciembre el justicialismo comenzará a buscar un nuevo líder, y ahí estará él, Eduardo Duhalde, dispuesto a recuperar su trono.
Los que conocen al ex presidente saben que se siente muy traicionado por Kirchner, que jura venganza hace ya tres años y que considera que ha llegado el momento de llevarla a cabo.
Hay que tomarlo en serio, su reaparición no es casual, Duhalde sabe bien cómo son los tiempos de la política y sobre todo cómo son los tiempos de las traiciones.
1 comentario:
Y sí, parece que lo veremos volver nomás... Gracias por dejarme el link a este post.
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