viernes, 29 de junio de 2007

Hubo un tiempo que fue hermoso







Me había ilusionado, era solo el principio, apenas una pequeña luz al final de un túnel casi interminable, pero al menos era una luz.


El túnel se llamaba (se llama pero perdí las esperanzas) Reforma Política, esa que nos prometieron y nos van a seguir prometiendo pero no llega, no llega.


La luz a la que hacia referencia fue la Ley que obligaba a llamar a elecciones internas en los partidos políticos abiertas y simultaneas.


Era un principio, era la forma de comenzar a limpiar un poco a los punteros políticos que aparecen en esas listas sábanas interminables y que ningún mérito exhibían para acceder a las boletas.


Pero todo fue una ilusión, una vez más jugaron con nuestra inocencia popular que a punto de cumplir 200 años, la Argentina parece no perder.


Como siempre las candidaturas se definen en oscuras oficinas, en lujosos restaurantes, en PROlijos lofts o en camas matrimoniales.


¿Quién más participa de la decisión pinguino o pinguina? ¿Dónde puedo PROtestar si no me gusta mi candidato? ¿Qué correligionario decidió que el candidato sea peronista?


Hace apenas unas horas, Luis Abelardo Patti, ex intendente de Escobar y casi diputado declaró: “soy candidato a gobernador, y eso no se negocia”, o sea, si te gustan las ideas del PAUFE, pero no te gusta mi candidatura...jodete!


Quizás estas líneas tienen poco y nada de objetividad, ya que para el 28 de octubre no me gusta nadie y por primera vez no quiero ir a votar, con lo que me gusta hacerlo.


Hoy más que nunca siento que nada pude hacer para que existan otras opciones, no me dejaron hacerlo.


Nestor o Cristina, López Murphy, Lavagna, Macri, Filmus, Telerman, Patti, Scioli, Stolbizer y el que se les ocurra, ninguno se sometió o se someterá a una interna y la pregunta surge instantáneamente: ¿Qué votamos?


Bueno, es fácil, votamos resultados de acuerdos cerrados, votamos resultados de autoritarios que si no lo aceptas te echan del partido, votamos caprichosos que no se bajan ni aunque las encuestas les pronostiquen papelones irremontables.


Así es difícil mejorar la política, las instituciones siguen siendo bastardeadas, la reforma política tiene que llegar y creo que no es mucho lo que se pide: Internas abiertas y simultáneas, fin de las listas sábanas, voto electrónico y castigo a quienes no cumplan con el mandato que el pueblo les ha otorgado. ¿Tan difícil es?

1 comentario:

Opiniones Independientes dijo...

Muy bueno, no solo das datos concretos sobre la realidad sino que tenes una forma de escribir atractiva para el lector.