Se peleó con Raúl Alfonsin, se peleó con Ocaña, se peleó con Binner, se peleó con Zaffaroni, se peleó con Macaluse, se peleó con el partido Socialista en su totalidad, se fue del Ari, se fue de la Coalición Cívica, hace acuerdos con el macrismo, pero no con Macri (por lo menos extraño), ahora se preocupa por el campo y quiere a De Angeli como diputado (qué méritos hay que reunir para ser diputado en este país?), ahora se besa con López Murphy (seamos sinceros, cúanto cree Ud. que va a durar ese acuerdo?).
Si, si, hablamos de Elisa Carrio, la presidenta de la Comisión investigadora de lavado de dinero (con escasos resultados), la que va por el record de Monner Sanz en cantidad de denuncias presentadas de todo tipo también con una ineficasia a prueba de balas: no pudo demostrar ni un caso.
Lilita ya me hace acordar a la peor época del actual técnico de la Selección Nacional -si, si, hablo del Diego- todo vale en busca de un voto. Todo tipo de alianzas, todo tipo de lookeo (gordisima, sucia, mística, impecable, cama solar).
Si me quiere acusar de kirchnerista se equivoca, para muestra lea los poestos anteriores. Pero los enemigos de mis enemigos no son necesariamente mis amigos. Carrio me cansó, la renovación de la política también incluye a los fracasados que se han pasado la vida diciendonos lo que va a pasar y lo que hay que hacer y nunca pudieron acceder más que a una oscura banca de diputado.